lunes, 29 de noviembre de 2010

Moisés Saenz

Moisés Sáenz Garza (El Mezquital, Apodaca, Nuevo León; 16 de febrero de 1888 - Lima, Perú; 24 de octubre de 1941). Educador, diplomático y político mexicano, que realizó una destacada labor a favor del indigenismo.
Ministro de México en Dinamarca y embajador de México en Perú.
Sáenz Garza realizó importantes trabajos sobre indigenismo. Ayudó en la organización y llevó al cabo el primer Congreso Indigenista, reunido en Pátzcuaro, en 1940, donde fue nombrado Director del Instituto Indigenista Interamericano. Elaboró un programa para la creación del Departamento de Asuntos Indígenas y para la protección legal del indio mexicano. 




Antología de Moisés Sáenz.
 Prólogo y selección de Gonzalo Aguirre Beltrán.
Ediciones Oasis, S.A. México

Para este autor la integración de México  se logrará por la educación ya que México es un país de muchas razas y de muchas opiniones, es una tierra de castas y de órdenes sociales diversos; es una tierra de grandes variaciones geográficas, de grandes distancias y de comunicaciones pobres; es por ello que es necesario luchar para conseguir la unidad nacional por medio de la escuela.
El  programa educativo se diseñó para todo México. A través de la escuela rural  se trata de integrar a México y de crear en las clases campesinas un espíritu rural. Atraer al seno de la familia mexicana a dos millones de indios; hacerlos pensar y sentir en español. Incorporarlos dentro del tipo de civilización que constituye la nacionalidad mexicana. Integrar a los indios sin sacrificarlos; enseñarles a amar a México y el significado de México, es el propósito de la escuela rural.
Para él la Revolución Mexicana se reivindica a sí misma. Porque a través de ella llegaron… la luz en abundancia y amor.
El programa esencial de la educación se desarrolla alrededor de estas cuatro cuestiones:
·         Cómo conservar la vida,
·         Cómo ganarse la vida,
·         Cómo formar la vida,
·         Cómo gozar de la vida.
Esos son los principios cardinales que rigen la vida de los pueblos primitivos; también la vida civilizada fluye dentro de esos cauces.
Los cuatro principios se desdoblan en actividades:
·         La castellanización
·          Comunicar en lo material y en lo espiritual
·          La escuela tendrá que establecer la comunicación de un pueblo con el otro, hasta que se llegue a la unidad material, instrumento de lo espiritual, sin la cual no puede haber patria. Pasar de la etapa folklórica a la literaria es otra de las tareas de la escuela
·          La socialización de los adultos. Socializar quiere decir dividir la labor, especializándola, quiere decir enseñar a trabajar en colaboración, repartiéndose las funciones, participando de las obligaciones, gozando de los resultados.

 Para Sáenz México es conscientemente mexicano, indio sólo en la subconsciencia. El indio es un elemento actual determinante. Él considera al indio como una de tantas realidades objetivas que afectan a la nación.
Es partidario de la “incorporación”, en lo biológico, al proceso natural del mestizaje; en lo político, dar al indio cabida libre al campo de la ciudadanía, y en lo cultural, una amalgama consciente y respetuosa de los rasgos y valores autóctonos con los elementos típicos y normativos del diseño cultural mexicano.
Ser indio en México, es no sólo un hecho biológico y racial sino también una condición social. Por eso en México la solución del problema del indio no requiere necesariamente deslavar la sangre nativa con corrientes de inmigración extranjera.
La Secretaría de Educación, tuvo por finalidad la incorporación  cultural del indio. Aparecía, en el mecanismo burocrático oficial un organismo que reconocía al indio como elemento especial y que por razones imperativas del nuevo nacionalismo intentaba incorporarlo a la familia mexicana. Incorporar al indio ha significado abrir escuelas en las comunidades indígenas, enseñar el español, poner a los naturales en comunicación, material y espiritual con el resto del país, hacer intentos iniciales para mejorar la condición económica y para elevar su nivel de vida, creándole necesidades y enseñándole a satisfacerlas. Esta ha sido la actitud política del México revolucionario.
 Sáenz propone no incorporar al indio, sino integrar a México. Integrar, sabiendo que no se incauta el mexicano al indio y que al reivindicar lo autóctono tampoco ha de desplazarse el producto del proceso histórico que nos ha dominado. Integrar estableciendo la base física, la comunicación material, combatiendo el aislamiento y el localismo y el regionalismo hasta donde éste choque con la coherencia colectiva y con el ideal común.

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